viernes, 26 de diciembre de 2008

Nuestro Bernabé

Un corazón de oro en el que florecieron exuberantes todos los sentimientos nobles y afectos levantados, cierta gracia singular que naturalmente fluía de su trato y le daba una fuerza de atracción y encanto irresistibles; una inteligencia ancha, poderosa y ágil, incesantemente enriquecida con los frutos de la meditación y del estudio y otras cualidades valiosas que sería prolijo enumerar, hacían del Siervo de Dios Bernabé un hombre bueno, un amigo verdadero y simpático y un sacerdote virtuoso y cultísimo.

Nació el 11 de Junio de 1903, en Alcázar de san Juan (Ciudad Real), y fue bautizado pocos días después en la parroquia de Sta. María La Mayor, de la misma ciudad. En el año 1913, ingresó en el Seminario de Ciudad Real, donde curso los estudios de latín y humanidades, filosofía y parte de los de Teología. En 1923, pasó a la Universidad Pontificia de Toledo y allí completó sus estudios Teológicos, doctorándose con la máxima calificación de la Facultad de Teología. Alumno aventajado y poseedor de un envidiable y opulentísimo caudal de conocimientos que aumentaban con su tenaz afición a la lectura y al estudio.

Una de sus hermanas, Ramona, también se consagró al Señor, profesando como religiosa de la Orden Concepcionista de Alcázar de san Juan donde murió a una edad temprana en el convento a causa de una tuberculosis.

Ordenado Sacerdote, cantó su primera misa el día 31 de Mayo de 1926 en la misma parroquia donde había recibido el bautismo. El día 15 de Junio del mismo año, fue nombrado coadjutor de la parroquia de Tomelloso, cargo que desempeñó hasta 1935. Cabe destacar la fundación y gran cuidado de Acción Católica, especialmente entre los jóvenes que siempre fueron su mayor dedicación junto con los más necesitados. Uno de sus alumnos espirituales fue “Ismael de Tomelloso” que también sufrió martirio con 18 años y se encuentra en proceso de beatificación.

El 15 de Febrero de 1935 fue designado Cura Ecónomo de la parroquia de Socuéllamos. La enseñanza asidua y paciente del Catecismo, la visita cariñosa consoladora y aleccionadora a los enfermos; la práctica paternal y generosa de la caridad con los necesitados, material y moral, el incansable empleo de ingeniosos recursos para acercar a la Iglesia a los que vivían distanciados de ella por indiferencia o por hostilidad; los trabajos indecibles para reparar el Templo parroquial que había encontrado en estado ruinoso, no son mas que el enunciado de unas cuantas muestras de sus ininterrumpidas actividades pastorales que con su inmenso amor a Dios dieron grandes resultados entre sus feligreses a pesar de las circunstancias políticas de la época.

Quedó detenido por las autoridades republicanas de Socuéllamos el 30 de Agosto de 1936. El 6 de Septiembre, fue su madre Francisca, como en días anteriores, a la prisión a llevarle el desayuno, que le fue rechazado con el pretexto de que el detenido había sido trasladado. La triste sospecha de su buena madre no varió en convertirse en espantosa certeza.

Pronto llegaron noticias que aquella misma mañana había aparecido en el lugar denominado “ Cuesta de la Herradura”, en la carretera de El Bonillo, un cadáver, que resultó ser el de su propio hijo.

Se ignoran los detalles del martirio, únicamente se sabe que, al llegar al lugar elegido para inmolarlo, obligados acaso por las protestas de la conciencia desistieron los verdugos de consumar el crimen que habían salido a perpetrar. Se volvieron pues, dejando a D. Bernabé en aquel paraje solitario, pero al poco rato el coche que los conducía volvió a tomar la dirección del sitio donde había quedado la víctima. Sentado sobre una piedra, rezando, encontraron a D. Bernabé, que no se había movido del punto donde lo había dejado. La escabrosidad y la maleza del terreno le hubieran facilitado la huida, pero no quiso perder la ocasión que tan propicia se le presentaba de derramar la sangre por su fe. Varias balas de plomo atravesaron su corazón encomendándose con amor al Padre. Aún hoy, se desconoce el paradero de su cadáver.

Hoy el Siervo de Dios Bernabé Huertas Molina se encuentra en proceso de canonización.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Oración para pedir la pronta beatificación

Oh Dios, que concediste
la gracia del martirio
a los Siervos de Dios
Eustaquio Nieto y Martín, obispo,
a Bernabé Huertas Molina,
y a los demás sacerdotes, religiosos y laicos
de nuestras diócesis,
haz que sus nombres aparezcan
en la gloria de los santos,
para que iluminen con su ejemplo
la vida y entrega de todos los cristianos.
Concédenos imitarlos
en su fortaleza ante el sufrimiento

y la gracia que por su intercesión te pedimos.
Por Jesucristo Nuestro Señor. AMÉN

Padrenuestro, Ave María y Gloria.
(Con licencia eclesiástica)

Rogamos comuniquen las gracias recibidas por su intercesión a: Delegación Diocesana para Las Causas de Los Santos.
Obispado de Ciudad Real. Caballeros, 5-13001 CIUDAD REAL